¿Puede un buen liderazgo docente transformar realmente el aprendizaje de los estudiantes? Según Phil Poekert, profesor y director del Centro de Aprendizaje Lastinger de la Universidad de Florida (EE.UU.), la respuesta es sí. Durante su visita a Chile para participar en el Leadership for Professional Learning Symposium, organizado por distintas universidades chilenas e internacionales, Poekert explicó en una entrevista a El Mercurio cómo el liderazgo educativo tiene un impacto directo y medible en la calidad de los aprendizajes.
Liderar dentro y fuera del aula
Para Poekert, los profesores no solo enseñan contenidos, sino que también lideran a sus estudiantes hacia el logro de metas académicas y de vida. Un líder docente eficaz es aquel que influye positivamente en sus alumnos, adaptando su enseñanza para lograr cambios significativos y sostenibles. En sus palabras: “El liderazgo educativo es la capacidad de influir en los estudiantes hacia el logro de metas y la actualización de una visión para un futuro mejor”.
A diferencia de enfoques que aplican esfuerzos sin dirección clara, el liderazgo educativo bien orientado genera mejoras duraderas, medibles y documentadas en las experiencias de aprendizaje de los estudiantes.
Las características del líder docente eficaz
Phil Poekert detalla varias habilidades esenciales que distinguen a los líderes educativos efectivos:
- Visión de compromiso: Los líderes exitosos tienen una visión clara que orienta sus decisiones y les permite generar un impacto real tanto en sus estudiantes como en sus comunidades.
- Ética profesional: Actúan con principios sólidos, manteniendo siempre el foco en el bienestar y desarrollo de los alumnos.
- Relaciones externas efectivas: Construyen asociaciones y redes de apoyo, aprovechando conexiones para enfrentar y resolver dificultades.
- Enfoque científico: Basan su práctica en la investigación y adaptan las estrategias pedagógicas a las necesidades concretas de sus estudiantes y el contexto en el que trabajan.
- Evaluación continua: Recogen datos, monitorizan el progreso y ajustan las estrategias cuando es necesario. Además, documentan tanto los éxitos como los fracasos para aprender de la experiencia.
En conjunto, estas competencias permiten que los líderes educativos generen entornos de aprendizaje más efectivos y resilientes.
El impacto de la tecnología en el liderazgo educativo
Mirando hacia el futuro, Poekert destaca el papel creciente que tendrá la tecnología, especialmente la inteligencia artificial (IA), en la transformación educativa. Señala que la IA permitirá “tomar decisiones, generar soluciones y analizar datos de manera mucho más eficiente”, lo que ofrecerá nuevas oportunidades, pero también nuevos desafíos para los docentes.
Ante este escenario, subraya que el liderazgo docente no solo deberá incorporar estas herramientas, sino también formar a los estudiantes para que sepan utilizarlas con criterio. El objetivo es evitar que las nuevas tecnologías amplíen las brechas existentes entre distintos grupos de alumnos.
En este sentido, Poekert advierte que los próximos cinco años serán particularmente importantes para definir cómo se integra la IA en las aulas. Sin embargo, más allá de las herramientas, reafirma que seguirá siendo fundamental el rol humano del líder docente para guiar, acompañar y preparar a los estudiantes ante un futuro cada vez más incierto.
Un liderazgo centrado en las personas
El mensaje de Phil Poekert es claro: el liderazgo docente eficaz no se limita a gestionar el aula, sino que implica visión, ética, investigación, evaluación continua y, sobre todo, compromiso con el crecimiento de cada estudiante. En un contexto donde la tecnología avanza rápidamente, el papel de los profesores como líderes sigue siendo insustituible para garantizar un aprendizaje de calidad y una educación más equitativa.
REDACCIÓN WEB DEL MAESTRO
